domingo, 20 de noviembre de 2011

La caravana recitalera de este año, que arrancó allá por el 6 de abril en el Luna Park, terminó de una manera maravillosa anoche en Junín.
Dos años de espera (dos años con el miedo de no verte nunca más) valieron la pena al ver a Callejé (sí, para mi aún sigue siendo Callejé, la primer banda que me enamoró, la banda que vos me hiciste conocer, la banda mía, la tuya, la nuestra) nuevamente arriba de un escenario.
Un Pato feliz, la gente que acompañaba esa alegría en cada verso, en cada estrofa, en cada canción. La emoción en Creo, la rabia contenida en No Volvieron Más, la fiesta en Armar de Nuevo... Había olvidado cuánto amaba a esta banda. Y siempre es bueno recordar todo lo que significa una banda en tu vida, una banda que quizá no ves la cantidad de veces que quisieras, pero que cuando la ves, te llena el alma de felicidad, te hace recordar a todos aquellos angelitos que se fueron esa maldita noche de diciembre y te hace pensar "la puta madre, qué hubiera pasado si todo eso no hubiese pasado jamás?".

VOLVERÉ SIEMPRE A VERTE (VERTE Y FESTEJAR TAMBIÉN) POR AMOR Y PORQUE ASÍ LO SIENTO.

No hay comentarios:

Publicar un comentario